Lady Pink, artista urbana: “Me fui de Nueva York porque la policía del graffiti entró dos veces en mi casa y arrambló con todo”
Considerada una de las pioneras del grafiti, la artista ecuatoriana-estadounidense pintará la entrada del MoMA PS1 con un mural icónico dedicado al 5Pointz y a la historia de Nueva York


Cuando Lady Pink (artista ecuatoriana-estadounidense, 1964), alias Sandra Fabara, empezó a pintar en los túneles de Nueva York se codeaba con Basquiat, se ganó el respeto de Warhol y apareció en documentales, libros y películas que retratan la era más vibrante de la gran manzana como una de las protagonistas del arte callejero de la época. Fue una de las pioneras del graffiti y el underground y hoy en día sigue siendo una de las voces más representativas de la escena. Aunque desde un lugar muy distinto. Su trabajo forma parte de algunas de las colecciones de arte más importantes del mundo, entre las que se incluyen el Whitney Museum, el MET y el Brooklyn Museum. Y a sus 61 años sigue pintando murales. El próximo mes de junio se inaugurará el que va a hacer para la fachada del MoMA PS1.
Pregunta. Plaza Mural será el nuevo proyecto que decorará la entrada del MoMA PS1.
Respuesta. Es un homenaje a 5Pointz (llamado así en honor a los cinco barrios de Nueva York: Manhattan, Brooklyn, Queens, Staten Island y el Bronx), un edificio emblemático para los grafiteros de Nueva York que fue demolido en el 2014 y que estaba situado justo frente al MoMA PS1. Es interesante volver a trabajar ahora en el MoMA PS1, porque mi primera obra de arte se exhibió allí cuando tenía 21 años.
P. ¿Por qué dejó Nueva York?
R. Por la policía del graffiti, los mismos que rodeaban el 5Pointz como si fueran buitres, deseando detener a gente. En mi casa se presentaron en dos ocasiones armados y con cascos. En el 2003 y en el 2013. La última vez la vaciaron. Se llevaron mil piezas de arte, me dejaron absolutamente sin nada. Comenzaba la temporada de murales y por primera vez me dejaron sin materiales para pintar. Me puse a llorar cuando tuve que ir a comprar spray. Siempre he tenido sprays conmigo desde que tengo 16 años. También se llevaron mis ordenadores, me dejaron sin nada. Tuve que pagar a una buena abogada, Stacey Richman, para conseguir recuperarlos y aún así tardaron seis meses en devolvérmelos. La obra me la dieron un año o año y medio después, pero nunca se recupera todo. Te dan el 90% y se quedan con lo que quieren. Así que decidí irme. Me compré una casa en Hudson Valley, en Upstate, a dos horas de Nueva York.
P. ¿Echa de menos la ciudad?
R. No. Nueva York es sucia, ruidosa. Si alguien quiere que vaya a Nueva York le cobro 1.200 solo por el esfuerzo que me supone. Aquí tengo espacio y tierras. Mi marido me construyó mi estudio. Estoy en plena naturaleza. A veces doy de comer a los ciervos, pero tengo que tener cuidado porque también pasan por aquí muchos osos.
P. Llegó a Nueva York con solo siete años, ¿cómo fue la adaptación?
R. Me costó mucho. Mi familia materna tenía una plantación en la jungla amazónica y nos mudamos ni más ni menos que a la jungla de asfalto. Tardé dos años en aprender a cruzar la carretera y otros tantos en aprender a hablar inglés. Al principio fuimos a un colegio católico lleno de niños blancos, racistas y crueles, que hacían que mi hermana y yo volviéramos a casa llorando. Así que, sin que mi madre se enterara, dejamos de ir a la escuela. Cuando lo descubrió, nos trasladó a un colegio público y allí todo cambió. Encajamos perfectamente. Estaba lleno de niños latinos, hablaban en español y nos hicimos muchos amigos. Desde entonces Estados Unidos es mi hogar.

P. ¿Por qué eligió llamarse Lady Pink?
R. Durante un año firmé con el nombre de mi exnovio. Pero después, el jefe del TC5 (the cool five, los cinco geniales) me dijo que ya que éramos el único grupo que incluía una chica, tenía que destacar y me dio el nombre de Pink. A mí por aquella época me gustaban mucho las novelas históricas, así que le añadí “lady” al principio.
P. ¿Cómo consiguió que la respetaran en aquellos años en que la escena estaba dominada por los hombres?
R. Uno se gana el respeto por la calidad o por la cantidad de trabajo que se atreve a hacer. Al principio corrían rumores de que me acostaba con alguien y por eso añadían mi nombre a las pintadas, así que tuve que salir a pintar con diferentes grupos, con los latinos, con los negros, con los blancos, en Queens, en Brooklyn, en el Bronx, para que me vieran trabajar en los túneles, arriesgándome como ellos, pintando bocabajo, para que corroboraran que las pintadas las hacía yo. Además siendo mujer, uno tropieza con gente en situaciones muy extrañas y el riesgo es mayor. Ser arrestada no es lo peor que le puede pasar a una mujer.
P. En sus murales pinta muchas mujeres, ¿es una declaración feminista?
R. La verdad es que no. Pinto mujeres porque me resulta mucho más fácil que pintar hombres. A veces significa algo y otras no significa nada. Lo que sí es intencionado es el color. Los colores de la piel de la gente que pinto son siempre diferentes a los reales. Verde, azul, lila.
P. Después de más de cuarenta años de trabajo, ¿hay algún proyecto que recuerde con especial cariño?
R. El año pasado, cuando celebré mi 60 cumpleaños y mis 30 años de matrimonio en París, donde inauguraba una exposición individual en la galería Graffiti and Co, la primera en Francia. Fue muy emocionante porque vinieron a celebrarlo todos mis amigos desde distintas partes del mundo. También llevé a mis tres asistentes. Lo bueno de llegar tan lejos es poder llevarme a la gente conmigo, no voy a hacer el camino sola. En julio tengo otra exhibición individual en Londres, en la galería D’Stassi. Me hace mucha ilusión porque van a recrear una estación de metro neoyorkina para que yo pueda pintarla.

P. La comunidad es importante para usted
R. Llevo 25 años trabajando con escuelas, principalmente con la Frank Sinatra. Ahora voy a coordinar un mural de más de 30 metros que van a pintar niños de la escuela elemental y del instituto en solo dos días, en junio. Se me da muy bien manejar grupos grandes de niños en movimiento. A los críos les encanta pintar a lo grande y legalmente, no es divertido huir de la policía. Me gusta hacer cosas por la comunidad, hace poco coordiné el pintar murales de rosas en Rosendale, un pueblito de Upstate y doy también muchos talleres.
P. ¿Cuál es su secreto para mantenerse bien?
R. Mantenerme ocupada, porque si uno no tiene nada que hacer, es fácil deprimirse. Así que yo siempre estoy haciendo mil cosas. Siempre que tengo tiempo libre, juego a los videojuegos para seguir sintiéndome joven, me pongo a construir Lego o le doy a la jardinería. Mi práctica con las flores se parece mucho a mi forma de pintar; elegir los colores, ponerle mucha dedicación. También tengo un huerto grande y trabajar en él me prepara físicamente para pintar murales.
P. ¿Sigue las noticias?
R. Sé que están destruyendo el país, pero me niego a dejar que la energía de las noticias entre en mi casa. Vivo en una burbuja.
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