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Para leer
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una historia de valientes de verdad

La periodista Txell Feixas descubre la historia de un equipo femenino de baloncesto en un campo de refugiados en el Líbano

Pedro Zuazua
Portada del libro Aliadas.

La pista de baloncesto está en la quinta planta de un edificio del campo de refugiados palestinos de Shatila, en el Líbano. Llamar pista a ese espacio es un ejercicio de fe. No alcanza las medidas reglamentarias ni dispone de líneas que marquen los límites. Ni siquiera es rectangular. La pintura gris del suelo se descascarilla en varios puntos. No hay dos canastas situadas una frente a la otra, sino varias cestas distribuidas por el espacio. Unas pequeñas bombillas ayudan a la luz natural que entra por las rendijas del techo. Por esos mismos huecos entra también el agua cuando llueve e impide entrenar. No hay nada que se parezca a una ducha o un vestuario. Y, sin embargo, ese espacio alojó los primeros pasos de una historia de valentía y deporte. De valentía verdadera. Del valor auténtico del deporte.

Porque entre aquellas paredes de hormigón dio sus primeros pasos el proyecto de Majdi, un pintor de fachadas que quería salvar a su hija Razan de un futuro aterrador -un matrimonio en la niñez o adolescencia que la llevara a una vida de sumisión y abusos recluida en casa, saliendo solo para hacer recados-. La opción elegida fue el baloncesto. Diez años después, más de 150 mujeres han pasado por un equipo que ha hecho historia. La periodista Txell Feixas redactó en su día una crónica sobre la iniciativa y logró que mucha gente mirara hacia aquellas niñas que desafiaban las reglas en Shatila. Una década después, publica Aliadas (Capitán Swing), un relato emocionante y desgarrador sobre la situación de las mujeres en muchos lugares de Oriente Medio y cómo el deporte se convierte en un refugio y una ventana a otros mundos. La narración de Feixas es, al mismo tiempo, descorazonadora y optimista. Transmite el éxito de Majdi con el equipo y el fracaso con su hija; el terrible momento en el que las niñas no saben elegir un sueño porque no saben lo que es soñar; o ese instante en el que, visitando el museo Reina Sofía de Madrid, se paran ante el cuadro Viñedo y Pájaros, de Miguel Prieto. No sabían que hablaba del exilio y del anhelo de volver. No sabían, pero sí sentían, que también estaba hablando de ellas.

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Sobre la firma

Pedro Zuazua
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, máster en Periodismo UAM-EL PAÍS y Recursos Humanos por IE. En EL PAÍS, pasó por Deportes, Madrid y EL PAÍS SEMANAL. Fue consejero del Real Oviedo. Es autor de los libros En mi casa no entra un gato, Dias para ser gato y Utopías, urbanísticas, 44 paseos por las colonias de Madrid.
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