Ayuso: “A la ministra de Sanidad le gustan los porros y a mí la fruta”
El PP de Madrid celebra la mitad de su legislatura con críticas a Sánchez y un Feijóo en clave electoral

Si el calor político se mide en movilización de simpatizantes, este domingo hizo frío en el Parque de Berlín. Muchas sillas vacías en el ensayo general para la gran manifestación que el Partido Popular prepara el día 8 de junio en Madrid. Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida celebraron el ecuador de su legislatura desde su victoria en mayo de 2023, cuando ambos consiguieron mayorías absolutas tanto en la Comunidad de Madrid como en el Ayuntamiento, logrando algo inédito: en el caso de Ayuso arrasar en el llamado ‘cinturón rojo’ y, en el de Almeida, ganar en los 21 distritos de la capital.
“Por favor, siéntense que si no las malas lenguas dirán que el acto del PP estaba vacío”, pidió Alfonso Serrano, secretario general del PP de Madrid a sus simpatizantes. Y la gente se sentó, pero seguía habiendo muchos huecos y cierta frialdad a pesar de los más de 30 grados del mediodía del domingo y que a los pesos pesados de Madrid se sumaba Alberto Núñez Feijóo como gran estrella invitada.
Tanto Almeida como Ayuso hicieron un balance de su gestión, pero centraron sus dardos en criticar la política nacional. “Este es un gobierno en descomposición, pero Madrid no cederá un milímetro al sanchismo”, dijo Almeida que pidió a los suyos no caer en el triunfalismo.
Ayuso se alargó mucho más. Lo llevaba todo escrito y dio un discurso como si las elecciones fueran mañana. Llamó “autócrata” a Sánchez, comparó España con Venezuela, expresó su apoyo a la Guardia Civil, apeló a los funcionarios avergonzados -desde los diplomáticos a los periodistas de RTVE-, criticó la politización de Telefónica, cargó contra la reforma judicial, ridiculizó a quienes se ríen de las cañas de Madrid, criticó el intento por convertir el catalán en lengua oficial en Europa y habló de los fallecidos en las residencias durante la pandemia... En Aragón y Cataluña. “España nos espera con ganas de que demos un paso adelante y nos mira con ilusión”, dijo provocando uno de los pocos arranques de entusiasmo entre los asistentes.

Tanto Almeida como Ayuso recurrieron al chascarrillo. Mientras el alcalde dijo que los hoteleros de Madrid podrían estar tranquilos ante la llegada de miles de militantes del PP para el congreso de julio, Ayuso criticó a la ministra de Sanidad, Mónica García, por una supuesta frivolización de las drogas: “A ella le gustan los porros y a mí la fruta. Cada uno a lo suyo”, dijo.
Ayuso se metió al público en el bolsillo que la esperaba como una estrella del rock. “Isa”, como la llamó Almeida, jugaba en casa, pero salía en calidad de telonera de un cartel que incluía a Feijóo como cabeza de cartel y último orador frente a la militancia de Chamartín. Dio igual.
Entonces, “¿qué pasa entre Génova y el PP de Madrid?”. La pregunta no la hizo ni la oposición, ni un maledicente espontáneo, sino el propio Feijóo desde el escenario nada más empezar a hablar. “Nada”, se respondió, “Quien tienen un problema con el PP de Madrid no es Génova, sino la Moncloa”, y destacó que si llega a la presidencia será gracias al PP de Madrid.
El encuentro-balance con la militancia confirmó la inmunidad de la que goza Ayuso entre sus simpatizantes en su semana más complicada, generando un entusiasmo que se extiende a su equipo más cercano. Su mano derecha, Alfonso Serrano, salió ungido como el puente entre Génova y Sol desde que Feijóo le encargo la organización del Congreso. “Es el que de verdad manda ahora”, ironizó el líder popular. Cerca de las dos y media terminó un acto que le sirvió al PP de Madrid para mostrar una maquinaria bien engrasada y lista para unas elecciones como si estas fueran mañana, aunque entre la militancia todavía predominen las sillas vacías y la sensación de que mañana solo es lunes.
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