¿De dónde viene tanto odio hacia Bella Ramsey? La protagonista de ‘The Last of Us’ desata la furia de la ‘machosfera’
Empezó con 11 años como una de las favoritas de ‘Juego de Tronos’, pero su salto a la madurez en la ficción apocalíptica la han convertido en la diana del internet trumpista que critica su físico, su identidad de género y su ideología

¿Por qué todo el mundo odia a Bella Ramsey en la segunda temporada de The Last of Us? Esta es una de las preguntas que se multiplica cada semana en X, hilos de Reddit o Instagram, y suele ir acompañada por un buen número de fotos del rostro de la actriz grotescamente deformado o sustituido por el de algún personaje monstruoso, desde el Sloth de Los Goonies a Quasimodo. “La mujer más fea del planeta”, le llaman, “una actriz penosa”, “una payasa progre”... Porque los insultos no se limitan a su aspecto físico ni a su supuesto mal hacer profesional (aunque por su desempeño en la primera temporada ha recibido una nominación al Emmy y otra al Globo de Oro), también van al plano personal. No sorprende que esta reacción airada y sobreactuada, e importada de Estados Unidos, provenga mayoritariamente del entorno MAGA, o sea, de los próximos a las ideas trumpistas, un hervidero de misoginia, homofobia, racismo y transfobia.
Hay un considerable número de espectadores que tras el fin de cada capítulo no se conmueven por la sutileza de la música de Gustavo Santaolalla o de la exquisita fotografía de Ksenia Sereda, sino que se lanzan a sustituir a Bella Ramsey (Nottingham, 21 años) por Cailee Spaeny la actriz de Civil War y Romulus. “Me pregunto si la IA es lo suficientemente avanzada como para reemplazar a Bella con Cailee de forma convincente”, se puede leer en un hilo. Spaeny ha sustituido en los corazones de los espectadores frustrados a Eliott Page, la opción favorita de los seguidores del videojuego debido al asombroso parecido con Ellie en películas como Juno. Una similitud tan poco sutil que Page bromeó con que no había cobrado por ello. Hay hilos enteros dedicados al miscasting (error de reparto) de Ramsey, una actriz que cuando se incorporó al rodaje tenía tan solo 17 años.

El odio dirigido hacia las actrices, generalmente jóvenes, es una corriente que ya sorprende poco. Véanse casos recientes como el de Rachel Zegler en Blancanieves, Halle Bailey en La Sirenita, Morfydd Clark en Los anillos del poder o cualquier mujer que haya osado tener un papel poderoso en Marvel, Disney o Star Wars. Las redes sociales se han convertido en una cálida piscifactoría de todo tipo de hostilidades, pero el odio existe desde que el mundo es mundo, no hay que hurgar demasiado en el Hollywood clásico para encontrar ejemplos de maledicencia. Ahí están los rumores sobre la incontinencia sexual de Clara Bow, acusada de acostarse con un equipo completo de fútbol, o de Maureen O’Hara, a quien supuestamente habían sorprendido manteniendo relaciones sexuales en el Teatro Chino. Todo valía para degradar a mujeres con talento.
A Ramsey el odio le pasó factura. “Es la primera vez que tengo una reacción negativa a algo”, declaró a The New York Times. Tras revelarse que ella sería Ellie, se asomó a las redes sociales para comprobar la reacción de los fans. Confiesa que se convirtió en una adicción y que no podía evitar volver una y otra vez a los comentarios aunque sólo reparaba en los negativos y dudaba de los positivos. “Había momentos en que me hacía gracia. Luego, al final de una sesión de 10 minutos de navegación, dejaba el teléfono y me daba cuenta de que había sido un error”.
Finalmente siguió el mismo camino que otras actrices que también han sufrido acoso y optó por cerrar unas redes sociales que había abierto a los 12 años harta de encontrarse cada día cuentas falsas que la suplantaban. “Pero ahora, acabo de desactivar mi Instagram y mi Twitter. He llegado a un punto en el que ya no las necesito. La gente sabe que una cuenta falsa haciéndose pasar por mí no soy yo”, confesó durante una entrevista realizada por su compañero en Juego de tronos Kit Harington, otro actor que rechaza la presencia en espacios virtuales. “Ni siquiera fue algo dramático. No pasó nada realmente. Simplemente me harté. Fueron más perjudiciales que beneficiosas. Me siento de maravilla”.
Los ataques empezaron desde que The Hollywood Reporter anunció que Ramsey era la elegida para interpretar a Ellie, la protagonista de un videojuego que ha sido comparado con El Padrino y que ha despachado más de 20 millones de copias, pero se ha incrementado tras el giro de guion del segundo capítulo de la nueva temporada, lo que la ha convertido en la protagonista absoluta. Para algunos, jugar desde el punto de vista de una heroína lesbiana es mucho más de lo que pueden tolerar, o mejor, puntualicemos, una heroína lesbiana que no les resulta sexualmente deseable.
“Yo también tenía mis dudas”, reconoció la propia actriz. “La verdad es que me llevó mucho tiempo aceptar que era Ellie, que podía ser ella y que era la persona adecuada. Me llevó bastante tiempo, incluso después de terminar el rodaje”. Ellie no es su primer personaje trascendente. Con solo 11 años formó parte de un universo aún más mastodóntico que el de The Last of Us. Fue Lyanna Mormont en Juego de tronos, un personaje menor, pero que, al contrario de lo que sucede hoy, se convirtió en uno de los favoritos de los seguidores de la saga de Martin.
Los que la vieron gritar rabiosa en manos de un gigante zombi tras atravesar su ojo con una lanza no se sorprendieron por su elección como Ellie. Ella fue la que pronunció una de las frases más icónicas de la saga, “el Norte recuerda”, y la que arengó a un montón de hombres tan poderosos como cobardes para que siguiesen a Jon Nieve. Ramsey, que llevaba estudiando teatro desde los cuatro años, causó una impresión excelente en un reparto engrasadísimo. “Desde el momento en que llegó, se puso manos a la obra: fue profesional y estuvo brillante”, recordaba Liam Cunningham, que interpretaba a Davos Seaworth. “Hay un viejo dicho que dice que los actores nunca deberían trabajar con niños ni animales, pero eso es una tontería. Cuando los niños son tan buenos como esta joven, es un placer trabajar con ella. Fue absolutamente increíble. Cuando alguien llega y es tan bueno, te facilita mucho el trabajo”.
Era tan joven que trabajaba en horario infantil y tenía un tiempo muy reducido, pero nunca necesitaba más. Su impacto fue tal que su personaje tuvo más desarrollo del esperado. “Es alguien a quien recordaremos dentro de 20 años, y va a arrasar en Hollywood. Es simplemente increíble”, afirmó Mark Mylod el encargado de dirigirla en su debut en El hombre roto.
Neil Druckmann, la mente tras el videojuego y la serie, y Craig Mazin, su director, sabían que en una ficción con solo dos protagonistas el talento era tan esencial como la química entre ambos. Hay acción, pero también reflexión y el viaje de la heroína adolescente requería un gran talento interpretativo. El personaje es “ingenua y una niña, pero también muy sabia. Es súper inteligente, divertida, peligrosa y asustadiza. Y además hay que quererla. Es un reto enorme”, según confesó el propio Mazin. Vieron a más de cien actrices entre nueve y 25 años, pero cuando apareció Ramsey no tuvieron dudas. Era Ellie.

Bella Ramsey no es el único objetivo de The Last of Us sobre el que pusieron sus garras los haters. (Atención, vienen espoilers). Durante la primera temporada la presencia de una copa menstrual o la mera mención del comunismo —algunos sobrevivientes se refugian en una comuna—, enardecieron a los seguidores de piel más fina. Ninguno provocó tanto enfado como el precioso tercer capítulo de la primera temporada Long, Long Time, centrado en la relación amorosa entre dos hombres. Fueron muchos los que se quejaron de que aquella trama, presente en el videojuego, “les había arruinado la experiencia The Last of us”. Algo que se repitió con la historia de amor entre Ellie y su compañera Riley y que ha alcanzado cotas inimaginables en la segunda temporada.
A Druckmann el odio hacia algunos elementos de la serie no le pilló de sorpresa. Si el videojuego original había hecho saltar alarmas de los intransigentes, su continuación fue mucho más de lo que pudieron tolerar debido a la muerte de Joel, el lesbianismo de Ellie, la inclusión de un personaje trans y el físico poco normativo de Abby. La mujer que mata a Joel para vengar la muerte de su propio padre es en el videojuego musculosa, algo que la serie no refleja porque el papel ha recaído en Kaitlyn Dever, que también está ya recibiendo su dosis de odio por los actos de su personaje. Aquí no se libra nadie. O sí. Pocas veces se menciona que Pedro Pascal no se parece en nada a Joel, que en el videojuego tiene un notable parecido con el actor Dylan McDermott.
El esperado lanzamiento de la segunda parte del videojuego también fue víctima del “bombardeo de reseñas”, o sea, una forma bastante infantil de boicot que consiste en visitar de manera organizada páginas de reseñas como IMDB o Rotten Tomatoes para calificar con puntuaciones bajísimas, a veces incluso antes que el producto se haya estrenado (algo que sucedió con la versión de Cazafantasmas protagonizada por mujeres y en casi cualquier producto no protagonizado por hombre blancos heterosexuales). Aquí no importa si son agraciados o no. Es un movimiento fácilmente detectable: mientras en páginas que recogían críticas profesionales su puntuación era prácticamente perfecta, la del público ni siquiera llegaba al aprobado. ¿Cuestión de calidad? Más bien de intolerancia.
Al contrario que empresas que son extremadamente sensibles a la furia de la manosfera, la responsable del videojuego, Naughty Dog, se lo toma con tranquilidad. De hecho promueven la diversidad en sus productos. “Porque al final, da lugar a mejores historias”, afirma Druckmann. “Cuando contamos historias variadas, pueden tener un verdadero impacto y efecto en la gente. The Last Of Us Parte II siempre iba a ser polarizante. Fue escrito para provocar ira, frustración, malestar y debate”
Mazin entiende de dónde proviene la reacción negativa contra Ramsey. Sabe que los jugadores se encandilaron con el físico del videojuego y que les costó adaptarse a las hechuras de Ramsey, e incluso a su voz, que pertenecía a la actriz Ashley Johnson, una mujer de treinta años. Aunque ese drama no suele vivirse en otros productos. Actores tan dispares como Jack Nicholson o Heath Ledger han sido el Joker, Tom Holland no parece el Peter Parker más canónico y Hulk pasó de Edward Norton a Mark Ruffalo sin que Reddit necesitase adquirir almacenamiento extra para tanto vitriolo.

“En televisión hay una chica nueva y dicen: ‘Bueno, no queríamos a la chica nueva. No la pedimos. No me gusta esta chica nueva. No se parece a la anterior’”, afirmó Mazin en una entrevista para Elle. “Pero si ven la serie lo que va a pasar es que van a decir: ‘Bueno, la chica nueva está bien. No es tan buena como la anterior, pero la nueva está bien’. Luego van a decir: ‘Me encanta esta chica nueva’. Y finalmente, llegarán a la conclusión: ‘Si alguien lastima a esta chica nueva, la mataré’”. Un camino que él mismo ha transitado. “Siento por [Ramsey] lo mismo que Joel siente por Ellie; es decir, cuando leo a gente diciendo cosas que considero crueles y estúpidas, quiero encontrarlos y matarlos con mis propias manos”.
No parece que Ramsey necesite paladines, no es alguien que se arredra. No se esconde ni se adapta. A pesar de la feroz campaña de odio contra su persona ha hablado abiertamente de su no binarismo, de la anorexia nerviosa que sufrió y también de sus problemas de salud mental y de su reciente diagnóstico de autismo, algo que descubrió mientras rodaba la serie.
No rehúye ningún tema espinoso, ha apoyado sin fisuras la causa palestina y tras el reciente fallo de la Corte Suprema del Reino Unido respecto al sexo biológico, fue uno de los más de 400 profesionales del cine y la televisión que firmaron una carta abierta prometiendo “solidaridad con las comunidades trans, no binarias e intersexuales”. Al igual que Ellie, parece poder apañárselas sola, aunque a veces los haters resulten más hostiles que el Cordyceps. “No estoy particularmente ansiosa”, aseguraba en una entrevista en GQ. “Sé que la gente pensará lo que quiera pensar. Pero tendrán que acostumbrarse. Si no quieres ver la serie porque tiene historias gay, porque tiene un personaje trans, es tu culpa y te estás perdiendo algo”.
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