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Cómo explicar a tu anfitrión que está reciclando mal sin ser descortés

El protocolo social demanda del invitado algo más que llevar un vino o un postre. Si eres de los que ayudas a quitar la mesa te habrás encontrado alguna vez en la incómoda situación de comprobar que en esa casa los residuos no van al cubo correcto. ¿Cómo actuar en ese momento?

Ya sea en una reunión de amigos para ver los Goya o Eurovisión o en el cumpleaños de un familiar, todo el mundo ha ejercido alguna vez de anfitrión o de invitado. Un juego de agasajadores y agasajados que, como en toda ciencia social, propicia pequeños dilemas. Y no se limitan a cuestiones puntuales como la pertinencia de llevar vino o postre o servir una conserva directamente en la lata. Se extienden también a hábitos tan masivos, contemporáneos y personales como el reciclaje de los residuos. ¿Qué pasa si el anfitrión tiene los cubos manga por hombro? ¿Y si los invitados tiran despreocupadamente una botella de plástico al azul? ¿Hay que decirlo y arriesgarse a enrarecer el ambiente? ¿O es mejor morderse la lengua y dejarlo pasar?

El protocolo, una serie de recomendaciones —que no leyes— que beben de las costumbres y tradiciones culturales, puede ayudarnos a actuar con sensatez y tacto en estos escenarios, “sobre todo si se aplica en función de cada contexto, con el sentido común por delante”, explica Marina Fernández, directora de comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo: “Es una técnica de relación social. Por eso funciona tanto en el Palacio Real como en el bar de la esquina. Nuestras relaciones son diferentes y los comportamientos derivados de estas, por tanto, también. El protocolo sirve, principalmente, para que todo el mundo esté a gusto y protegido”.

Botella de plástico

PODERES

Fusión

Invisibilidad

Finura

Botella de plástico

Fusión

El tapón unido a la boca de la botella impide que se extravíe, por lo que se garantiza su reciclaje.

Invisibilidad

Un envase transparente puede volver a ser ese mismo envase una vez se recicle. Si es azul o verde, no podrá ser transparente.

Finura

El peso de un envase como una botella de agua ha decrecido un 18% de media en los últimos 25 años.

CAJA DE PIZZA

PODERES

Superresistencia

Ventilación

Ergonomía

CAJA DE PIZZA

Superresistencia

Fabricada con cartón corrugado, un material resistente y aislante que mantiene el calor.

Ventilación

Agujereada para que el exceso de vapor se escape y la pizza no se reblandezca

Ergonomía

Su forma facilita que se puedan apilar en grandes cantidades.

Mejor avisar de antemano que reprender después

Volvamos a los dilemas iniciales. ¿Qué hacemos si nuestros invitados, delante de nuestras narices, tiran una lata de conservas al cubo azul, sin miramiento alguno? ¿Lo obviamos (al fin y al cabo, están ayudando a recoger la mesa) o levantamos una ceja y les advertimos su inconsciencia? “El reciclaje es uno de los asuntos que hay que tomarse en serio. No se debe pasar por alto”, entiende Fernández, “pero hay maneras y maneras. Y dependerá, en gran medida, de la familiaridad que tengamos con nuestros invitados. Recordemos que, como anfitriones, nuestra responsabilidad primera es lograr que todo el mundo esté mimado, cuidado y atendido”.

¿Qué hacer, entonces? “Si hay alguna especificidad en la casa, si por ejemplo tienes un gato o un perro, algo que puede provocar alergia a algún invitado, se debe hacer saber en el momento adecuado. Y esto suele ser antes del encuentro, no durante”, detalla la experta. Reciclar, un hábito asentado y extendido —lo practican cuatro de cinco españoles, según estudios de Ecoembes—, no debería formar parte de esas excepcionalidades. “Pero, al fin y al cabo, los invitados no están obligados a saber cómo se recicla. Si consideramos que hay que prevenir sobre ello, hay que hacerlo al principio del encuentro, introduciéndose en la conversación de manera natural. Que no parezca que estás dando una lección, sino que simplemente estás poniendo en conocimiento lo que haces en tu casa”, prosigue. Y si el invitado no sigue esas directrices, “entonces la cosa ya cae en su conciencia”.

LATA DE BEBIDA

PODERES

Ligereza

Superresistencia

Reciclabilidad extrema

LATA DE BEBIDA

Ligereza

Una lata de aluminio pesa entre 12 y 13 gramos. Ha disminuido su peso un 30% en los últimos 30 años.

Superresistencia

Una lata aguanta 90 kilos en vertical, lo que facilita su apilamiento.

Reciclabilidad extrema

Si se recicla, se consume el 95% de energía menos que cuando se produce por primera vez.

Lata de conserva

PODERES

Vida extra

Longevidad

Inmortalidad

Lata de conserva

Vida extra

Si se lava, se puede reutilizar como recipiente en el que servir un aperitivo.

Longevidad

Son herméticas e impiden la entrada de agentes contaminantes, y garantizan la conservación del alimento.

Inmortalidad

El acero, material con el que se fabrican la mayoría, se puede reciclar múltiples veces sin perder propiedades.

La caja de cartón en la que se comercializa va al cubo azul

La lata de conservas, por cierto, “debería servirse siempre con un plato debajo”: “No hace falta decantarla: puedes servir la conserva en la lata, pero el plato evita que nos manchemos con el aceite o el escabeche, una manera más de proteger al invitado. Y sirve, además, para dejar los palillos”, recomienda Fernández. Este envase, que puede ser de acero o aluminio, se tira siempre en el cubo amarillo —el destinado a los envases de plástico, latas y briks—y no hay por qué lavarlo. Una información que, desde el 1 de enero de este año, está disponible en la propia etiqueta del recipiente, que incluye un pictograma con los colores del contenedor correspondiente, informa Ecoembes.

¿Lo digo o no lo digo?

El dilema inverso se produce cuando el invitado, al ir a tirar la caja de cartón de una tarta de queso al cubo azul, descubre un tutti frutti de residuos: peladuras de fruta, vidrio, plástico, ¡pañales!... “Aun siendo conscientes de la importancia del reciclaje, existe también la responsabilidad del invitado. Igual que no criticamos que un arroz esté pasado o la bebida caliente, tampoco podemos reprocharle a nadie sus hábitos en su casa”, explica Fernández. Si nos planteamos decirlo, habrá que ponderar la confianza que tengamos con el anfitrión. “Si es alta, quizá en otro momento y en privado se puede comentar: ‘Oye, estaba todo excelente, pero no pude evitar fijarme en lo de los cubos. Y mira, yo hago lo siguiente’. Es decir, con tacto y siendo propositivos”, sugiere Fernández. ¿Y si no tenemos confianza? “Entonces mejor dejarlo, la verdad”, dice.

Hablando del postre, Fernández recomienda no llevarlo por sorpresa a una comida o cena, especialmente a aquellas en las que no sepamos cuánta gente va a haber: “Lo mismo con el vino: es posible que el anfitrión haya contemplado todo en el menú. Y sobre todo sabe cuántos comensales va a tener. Si apareces con una botella a una cena de 12… No da para el chupito. Al final pones al anfitrión en un compromiso, pero de nuevo dependerá de la familiaridad que tengas con él”.

Envase de aluminio

PODERES

Calefactor

Protección

Inmortalidad

Envase de aluminio

Calefactor

El aluminio mantiene de manera eficaz el calor y la temperatura de los alimentos.

Protección

Es un material muy higiénico. Guarda con facilidad el sabor, la frescura y el aroma de la comida recién hecha.

Inmortalidad

Se puede reciclar infinitas veces sin perder propiedades.

La tapa de cartón que a veces lleva este envase se tira al cubo azul

Tupper de plástico

PODERES

Supervivencia

Polivalencia

Blindaje

Tupper de plástico

Supervivencia

Fabricado en polipropileno, aguanta temperaturas de hasta 120 grados centígrados. Y se puede reutilizar sin problema.

Polivalencia

Apto para el microondas. Permite calentar las sobras sin tener que volcarlas en un plato.

Blindaje

ite productos que contengan salsas o líquidos gracias a su cierre estanco.

La caja de cartón –siempre al azul, como una de pizza– de la tarta de queso puede ser también de plástico, en cuyo caso iría al contenedor amarillo. Lo mismo sucede con una bandeja de aluminio en la que llevamos una tortilla de patata (comprada o no) recién hecha. Estas y otras cuestiones se pueden consultar desde el móvil con AIRE, un asistente digital que resuelve al instante cualquier cuestión relacionada con el reciclaje de envases. Y que ya acepta fotos de los residuos que nos susciten dudas.

A ese lo digo o no lo digo estarían sometidos también clásicos atemporales como el “da igual que recicles, al final todo se junta”. Fernández, tirando de sentido del humor, equipara la conversación sobre este falso mito a los grandes temas controvertidos de siempre: política, religión, dinero, salud… “El protocolo recomienda no tratarlos en mesa. En una cena no explicas el día que te quitaron la vesícula”, afirma. Sea en una quedada futbolera o en una cena de postín, “el protocolo, el sentido común al fin y al cabo, nos ayuda a organizar todo para que la gente esté contenta y se sienta bien. Y del protocolo solo se ríen los tontos, como dijo el marqués de Talleyrand”, cierra Fernández.

GENTE RRRESPONSABLE

que Reduce, que Reutiliza, que Recicla

Cada ciudadano tiene que ser consciente de lo importante de su papel en la cadena de valor del reciclaje

Luis de Lemos

Coordinador del área de tratamiento de la oficina técnica de Ecoembes

Se ocupa de supervisar los residuos que llegan las plantas de selección

La lata de conservas que un invitado insensato o lego tira al cubo amarillo –los llamados residuos impropios– es lo que Luis de Lemos se ocupa de supervisar y, cuando es posible, corregir. “Cualquier residuo impropio que llegue a la planta de selección –el lugar al que llegan para ser clasificados los residuos que tiramos al contenedor amarillo– es un material que va a acabar en el vertedero. Un ejemplo: si hay que producir tornillos, una fábrica necesita que le llegue acero. Si le llega madera es imposible, no sirve. Es lo que tratamos de evitar”, explica. Por eso mismo, subraya la importancia de la labor del ciudadano, de la separación en origen, esto es, en cada casa particular. Y advierte de que, a pesar de las múltiples campañas de concienciación que cada año se ponen en marcha, hay confusiones que perduran: “Existe el mito de que al cubo amarillo solo van los plásticos. Y, como sabemos, van los envases de plástico pero también las latas y los briks. Y no van juguetes de plástico o sombrillas, como a veces encontramos en verano”. Sobre la lata, volviendo a la de conservas, detalla que es uno de los envases con los que aún “no se ha logrado la identificación automática con el amarillo”.

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