Carmen Zapata, comisionada de la noche: “El ocio también ha de ser de proximidad”
La responsable de la franja nocturna apuesta por facilitar los transportes públicos para así “ampliar el centro y descentralizar las actividades de ocio”

Carmen Zapata (Barcelona, 1.963) es una conocedora de la noche. Profesionalmente ha estado ligada a las salas de conciertos y ha sido presidenta de ASACC, la asociación que las vincula en Catalunya. También ha sido socia fundadora y ex presidenta de la Associació de Dones de la Industria de la Música. Desde hace unos meses es la Comisionada de la Noche, un cargo con rango de concejalía del ayuntamiento de Barcelona, primera ciudad de España que ha creado esta posición ya existente en otras ciudades europeas. Sus primeras medidas ya han sido presentadas en el Consell de la Nit, de forma que ahora pueden comenzar a notarse los resultados derivados de una visión de la noche y su problemática bajo una mirada global que incluye a vecinos, empresarios y istración.
Pregunta. Usted viene del mundo de las salas, ¿no teme ser vista como parcial?
Respuesta. Yo también soy vecina, veo los problemas de convivencia y algunos los sufro. Creo que lo importante para este cargo es tener experiencia previa en salas, de manera que mi trayectoria es muy útil para aportar alternativas y puntos de vista que quizás no se habían planteado hasta ahora.
P. Se dice que dentro de la istración es cuando se notan los escasos márgenes de maniobra existentes. ¿Usted ya ha cambiado romanticismo por pragmatismo?
R. Espero no perder el romanticismo completamente, la verdad. Yo he sido activista y esa forma de hacer política quizás sea más sencilla porque sólo ves los intereses de una parte, la tuya. En mi cargo tengo una visión más amplia y he de lograr consensos entre diversos sectores.
P. ¿Ha tenido tiempo para frustrarse?
R. Soy realista, estar en la istración es un aprendizaje. Una amiga con experiencia en gestión pública me dijo que todos los ciudadanos debían de pasar al menos una vez por un cargo para conocer sus dificultades. Desde dentro ves cosas que como ciudadana, desde fuera, solucionarías con una falsa facilidad al no contemplar todas las consecuencias de una decisión. He salido de mi zona de confort, pero creo que se pueden cambiar las cosas. No quiero aceptar la frustración.
P. La pirámide de edad muestra un paulatino envejecimiento de la población. ¿Está el ocio nocturno condenado a las restricciones de una sociedad envejecida?
R. Lo primero que me dijo el presidente del Consell de la Gent Gran es que a él le gustaba bailar y que habíamos de garantizar que los mayores dispusiesen de trayectos iluminados, seguros y señalizados para poder salir de casa. Me sorprendió. Tenemos una idea errónea, los mayores también consumen ocio. La franja de edad del uso nocturno es más amplia de lo que imaginamos. Me gustaría que cuando nos hacemos mayores no olvidemos lo que hacíamos cuando éramos jóvenes. El ocio nocturno tiene muchas caras.
P. Por ejemplo
R. Bailes, conciertos, cine, teatro, restauración, actividades lúdicas, deporte, juegos…..
P. ¿El problema central del ocio nocturno es la calle?
R. Sí. Si una sala no está bien insonorizada se puede dar por cerrada. Lo que intentamos solucionar son los flujos de público en la calle. Si tenemos éxito con la implementación de transporte nocturno en las zonas de concentración, la percepción de la noche y sus molestias cambiarán y si cambia será más favorable a la misma. No creo que haya nadie que por principio esté en contra de discotecas y salas de baile.
P. ¿Es una solución crear zonas de ocio concentradas en polígonos?
R. Yo creo que no. El ocio ha de caer cerca, también ha de ser de proximidad. En los polígonos hay poca iluminación, no hay nada más que discotecas y bares de copas, no hay transporte, lo que obliga al arriesgado transporte privado. Allí el ocio es menos seguro.
P. Pero en la ciudad el ocio también tiende a concentrarse en zonas de bares o de discotecas. ¿Cómo descentralizarlo?
R. La ciudad está cada vez más conectada y lugares como Glorias, por ejemplo, que antes no parecía el centro, ahora es parte del mismo. Cuanto mayor sea la facilidad de comunicación más podemos ampliar el centro y descentralizar las actividades de ocio. Hay que estudiar qué zonas pueden absorber oferta y no concentrarla toda allí, sino hacerlo de modo que ayude a la dispersión.
P. ¿Y la empresa privada lo ve así?
R. La empresa privada está abierta. Los empresarios ven el incivismo y la dificultad de la convivencia. A nadie le gusta estar enemistado con los vecinos, ningún empresario quiere tener a su entorno en contra. La empresa privada es totalmente permeable a los problemas que su actividad pueda generar, no viven al margen del mundo.
P. ¿Qué impacto tiene el turismo en el ocio de la ciudad?
R. Tiene un impacto importante, hay zonas con mucha concentración. Ahora vamos a abordar seriamente el tema de las rutas etílicas. Hay grupos de extranjeros que por 14 euros van de copas, y los touropeadores que están detrás cobran de los establecimientos 2 euros por persona y bar. Eso lo han denunciado incluso algunas patronales del ramo. La ganancia se la lleva el operador. Acuden a locales que tienen problemas económicos y aceptan este negocio. Eso genera mucho impacto en las zonas afectadas.
P. ¿El turista se comporta de igual manera que el nativo?
R. No hay una respuesta generalizable, pero en los informes que leo de los pacificadores de zona siempre suele haber el del turista inconsciente al que le han robado todo y que ni recuerda en qué hotel está alojado.
P. ¿Qué les diría a los vecinos del Fórum?
R. Que se han limitado el número de días de ocupación, que se controlan los flujos de público, que los bares se cierran para evitar que el público se mantenga en la zona. ¿Molestias?, por supuesto, pero se están limitando al máximo. Yo vivo en el centro de L’Hospitalet, y allí se concentran fiestas y celebraciones. Conozco la situación.
P. ¿Qué es una política feminista en el ocio nocturno?
R. Extender el protocolo No Callem fuera de los locales a través de los Itinerarios Seguros donde cualquier persona vulnerable pueda sentirse segura. Que la mujer no sea más frágil por haber bebido. Hay que detectar zonas oscuras, ya lo hemos hablado con urbanismo, para corregir la iluminación y evitar riesgo de abusos machistas. Y no es sólo un tema de ocio, hay empresas que me han dicho que si no trabajan más mujeres de noche, en seguridad por ejemplo, es porque ellas se sienten vulnerables cuando van o vuelven del trabajo de madrugada. Así que favorecer transporte, iluminación y agentes cívicos que eviten estos problemas es algo que tiene perspectiva de género.
P. ¿El tardeo puede generar problemas con su implantación?
R. No lo percibo como problema. De momento es una alternativa para gente que no salía a bailar. Invierte el orden del baile y la cena. El tardeo está ampliando su perfil de edad y también apela a los jóvenes. Según me han dicho expertos en el ocio nocturno, hay una tendencia internacional a salir menos horas y retirarse antes. Pero claro, el contexto en nuestro país es diferente. Además de un clima benévolo salimos tarde de trabajar, intenta que la gente vaya a un concierto a las 19:00h, no puede. El tardeo complementa y no sustituye al ocio nocturno. Al menos de momento.
P. Y qué hay del botellón, ¿sigue siendo un problema?
R. Lo es, pero ha disminuido notablemente. Aún no sabemos las causas. Sabemos que creció con la pandemia, espoleado por la necesidad de sociabilizar en espacio público y por la falta de recursos de los jóvenes, que no disponen de dinero para los precios de la noche, pero ha bajado mucho.
P. ¿Cuáles son las alternativas al ocio de alcohol?
R. Los jóvenes y menores de edad tienen nuevas maneras de relacionarse y de entretenerse: un 74,6 % usa para ello las nuevas tecnologías. Es una barbaridad y requiere nuevos enfoques. Yo ya no soy ni programadora ni agente cultural, no lo he de definir, pero hay muchas cosas que se pueden hacer: cine a la fresca, juegos de ordenador, en la estación de Francia se hacen quedadas para jugar a juegos de mesa, y van centenares de jóvenes para jugar al Trivial, al Scrabble etc. Cierto que se puede hacer de tarde, pero si lo haces de noche es una alternativa más allá de ir la calle a beber. En especial en barrios que no tienen tejido social, o comunitario, barrios por ejemplo de inmigración, pero no sólo estos. Los chavales y chavalas económicamente limitadas igual tiene teléfono, pero no wifi en casa, no tienen una play….hay que ofrecer otras alternativas…conciertos, cines, teatro, en muchos centros cívicos ya se hace. Igual eso se puede ampliar o modificar. Todo eso alivia la presión al espacio público.
P. ¿Los parques son una solución?
R. Allí se pueden hacer cosas siempre que estén programadas y acotadas. No se pueden abrir los parques porque sí, pueden generarse muchos conflictos. En la Ciutadella los sin techo ya hacen hasta fuego para cocinar, o se cuelan o se quedan dentro tras el cierre. Los parques no están preparados para vivir de noche. Hay iluminación que no afecta la biodiversidad, por ejemplo. Un parque sirve para la actividad cultural, pero la nocturna ha de estar muy planificada, hay que reforzar itinerarios seguros, prever situaciones de riesgo, reforzar seguridad, prevenir, vaya.
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